miércoles, 1 de octubre de 2014

RED: ¿rojo o negro?

Rojo - negro, vida - muerte, comienzo – final, exterior – interior, jazz – música clásica, optimismo desmedido – pesimismo perpetuo,  vanguardia –post vanguardia,  arte para expresarse – arte para vender, arte para contemplar –arte para decorar, expresionismo abstracto – arte pop, Jackson Pollock – Mark Rothko.


Estas son solo algunas de las dicotomías que plantea el texto de esta excelente obra de teatro que transcurre en el estudio del afamado pintor  y muestra, a primera vista, su relación con un nuevo ayudante que comienza a trabajar para él. El momento es el indicado para esta incorporación porque Rothko (un soberbio Julio Chavez) acaba de aceptar un encargo de envergadura, la realización de siete murales para el nuevo restaurante de lujo que se inaugurará en el edificio Seagram de New York. Con una trayectoria ya consolidada  Mark en realidad no necesita ni por fama, ni por dinero, embarcarse en semejante proyecto  pero,  por un lado no puede resistirse al pedido de su amigo Philip Johnson y, por otro lo seduce terriblemente la idea de tener un enorme espacio para que sus pinturas puedan interactuar, dialogar entre ellas y “arruinarles” la comida a esos presuntuosos ricachones que al mirarlas se enfrentarían con el drama de su obra y de la vida.
A lo largo de la trama el aplomado y autoritario artista, que no quiere transformarse en mentor, ni en padre sustituto de su ayudante, comenzará a serlo de alguna manera y terminará transformando a ese tímido artista principiante en un joven seguro de sí mismo. La relación ganará profundidad y en la confrontación de las dos generaciones ambos encontrarán el espacio ideal para enfrentarse con sus propios demonios. Red, sin embargo, va mucho más allá  y pone en tela de juicio otros temas tan trascendentales como la humanidad de estos dos hombres.


Grandes filósofos y artistas han pronosticado sucesivamente la muerte del arte. Rothko cree estar asistiendo, en este momento de su vida y de su carrera, a su funeral. Muerto Pollock y terminada la eterna rivalidad, al menos para el fallecido, Mark encuentra ahora nuevos enemigos en el arte pop y en los inicios del arte conceptual de aquellos años. Si bien le dice a su ayudante que para crecer hay que enfrentarse y “matar” al padre, como decía Freud, él no logra darse cuenta que, así como las vanguardias “mataron” al arte académico, ahora las post vanguardias lo están haciendo con su propio arte. ¿Firmar menús por dinero como Picasso, es venderse? ¿Warhol era un mercachifle y nada más? Para Rothko sí, está seguro de ello y trata de que su joven ayudante lo entienda hasta ejerciendo la violencia sobre él. Pero el joven Ken, parte de una nueva generación, ve que ese nuevo arte está unido a un nuevo mundo, a un nuevo paradigma y a una nueva sociedad que será, para bien o para mal, mercantilista, frívola, cholula y exitista a más no poder. La grandeza de este nuevo arte, que aún hoy es cuestionado como tal, es que sabe ser funcional a este hombre nuevo que solo buscará el placer, el entretenimiento, la facilidad de pensar y la manera de sentir lo menos posible.
La dramática lucha entre el rojo y el negro de una obra de Rothko será reemplazada indefectiblemente por un retrato de Marilyn Monroe o una lata de sopa Campbell de Andy Warhol. “Si alguien se compra un Rothko hoy en día es solo porque hace juego con el color del sillón nuevo o para ganarle a la vecina que tiene uno menos en el living de su casa”, le dice el pintor a Ken, quien comienza a intuir que a pesar de toda su arrogancia y sabiduría su “maestro” se está  contradiciendo a sí mismo al aceptar el encargo de los murales del Seagram por 380.000 dólares. Rothko, al fin y al cabo, se está vendiendo como los artistas que tanto desprecia.  Ken se lo dice sin tapujos en una de las tantas charlas que terminan en discusiones cuando las cataratas de whiskies empiezan a hacer su efecto sobre el veterano pintor. De pronto ese jovencito impertinente se convierte en un hombre que ya no le teme tanto a los arranques de furia de su “mentor”. 




Rothko, dolido, pero intuyendo la verdad, decide ir a cenar al restaurante recientemente inaugurado y se da cuenta que es una utopía y hasta una crueldad dejar allí sus pinturas: ellas no se lo merecen. Mark se da cuenta que es inútil, que nadie las mirará, que nadie reflexionará, ni dejará de comer absorto en el drama de la lucha de sus líneas y planos de colores. Por más que él se esfuerce nadie escuchará el diálogo perfecto que sus murales entablaran entre ellos en ese espacio “sagrado” porque todos estarán hablando, y hablando, y hablando solamente de sí mismos.  Al regresar a su estudio el pintor intentará buscar  con desesperación ese rojo perdido, esa vitalidad y esperanza que la vida le niegan permanentemente: Ken lo encontrará desplomado sobre el tacho de pintura roja con sus manos dentro de ella y mirando el infinito. Rothko está obsesionado con el rojo, lo persigue, quiere conseguir el tono adecuado para sus obras, pero a pesar de estar rodeado de él, inmerso en él, solo puede ver negro: su depresión ya es innegable, solo puede ver al negro tragándose al rojo cada día más. En contraposición Ken solo  ve al rojo porque su juventud, su pasión y sus ganas de vivir así se lo reclaman. Él, a pesar de haber experimentado una historia terrible logra que el rojo, su rojo, se transforme y le gane al negro. La realidad es que ambos extremos no existen ya que la vida está atravesada por un poco de rojo y un poco de negro sabia y, a veces, injustamente dosificados.  



Rothko es un artista en decadencia  que no soporta el cambio de paradigma que vive el mundo, que está anclado en el pasado y que no entiende que se puede sobrevivir en una sociedad diferente sin perder las propias convicciones y sabidurías adquiridas. Solo hay que aprender a adaptarse y tener ganas de hacerlo a pesar de lo duro, difícil y hasta solitario que puede llegar a ser ese camino. Pero Mark está viejo, le pesa el pasado y le pesa el futuro. En definitiva le pesa la vida y ya no puede. El esclarecedor y preciso texto de John Logan termina antes que la historia verdadera. La ficción no nos mostrará que, para dejar de ver negro, o para internarse definitivamente en él, Rothko cortará profundamente sus venas y será encontrado muerto en su estudio  en el medio de un charco de sangre rojo, su propio, personal y único rojo. Antes rechazará amablemente el encargo del Seagram  y donará los siete murales a la Tate Gallery de Londres con la condición de que sean expuestos en la misma sala y en el mismo orden que él había determinado al comenzar el proyecto. También despedirá a Ken dándole un último consejo para su futuro artístico: “haz algo, pero algo que sea bueno”.



Mark Rothko: Julio Chavez
Ken: Gerardo Otero
Dirección: Daniel Barone
Paseo La Plaza: Avenida Corrientes 1660

domingo, 10 de agosto de 2014

Curso: Mujeres en el arte, miradas diferentes y audaces.

Mujeres en el arte: miradas diferentes y audaces.
Modalidad a distancia. Plataforma Moodle del Museo de la Mujer.
Lic. Andrea Castro



Sin moverte de tu casa y en el horario que vos dispongas accederás a toda la información desde tu computadora (textos, fotos y videos) ingresando, de manera cómoda y sencilla, a la plataforma on-line del Museo de la Mujer. Un curso ideal para personas con poca disponibilidad horaria y para los residentes en el interior y/o exterior del país.


Fundamentación:
Hasta mediados del siglo XX las mujeres tuvieron limitado acceso a la educación y escasa participación dentro de los campos políticos y culturales.  Si se repasa con detenimiento la Historia del  Arte se concluye que este campo tampoco fue la excepción y entonces surge la pregunta: ¿por qué en más de 2000 años de historia  han surgido tan pocas grandes artistas mujeres? La respuesta es tan clara como contundente: el arte femenino siempre ha sido impopular y ha tenido menos visibilidad porque, en general, se lo asocia con labores domésticas y recreativas Investigando un poco debajo de la montaña de prejuicios e ideas preconcebidas, la realidad nos pone frente a mujeres de armas tomar que desde la antigüedad, pero sobre todo, durante el siglo XX, han puesto su cuerpo, sus ideas y su inmensa creatividad al servicio de diferentes disciplinas artísticas para expresar sus sentimientos y sus vivencias y sus opiniones desde una mirada diferente y sumamente audaz.    

Objetivos:
• Descubrir cómo fue evolucionando la expresividad y el abordaje de temáticas cada vez más comprometidas a medida que el aporte de las mujeres en el mundo del arte fue cada vez mayor.  
• Vivenciar la profundidad del mensaje estético de algunas de las más importantes artistas de la Historia del Arte del siglo XX a través del conocimiento y el análisis de su vida y obra. 
• Analizar tanto los aspectos técnicos como expresivos de las obras, en profunda relación con el contexto histórico, social y familiar que condicionaron su realización.

Dirigido al público en general, a estudiantes de artes plásticas, de fotografía y de diseño,  y a toda persona interesada en las cuestiones de género y su estrecha relación con el mundo del arte.  No se requieren conocimientos previos para tomar el curso.

Contenidos: 
1- Panorama histórico.  
Del arte gótico al siglo XIX. La vida y la obra de algunas de las más importantes representantes de cada período.

1.a) Sabina Von Steinbach. 
1.b) Marietta Robusti, mejor conocida como la “Tintorettta”. 
1.c) Lavinia Fontana.
1.d) Artemisia Gentileschi. 
1.e) Madame Elizabeth Vigée-LeBrun.
1.f) Berthe Morisot. 


Lavinia Fontana: "The Gozzadini Family"

  Elisabeth Vigée - LeBrun: "Autorretrato" 

Artemisia Gentileschi: "Sleeping Venus"


2- Artistas del siglo XX.
Tres duplas de artistas, integradas por una extranjera y otra nacional ejemplificarán, a través de sus similitudes y diferencias,  la arrasadora fuerza femenina que se adueñó tanto de la pintura,  como de la escultura y la fotografía, hasta llegar, ya a mediados de la centuria,  a las expresiones multidisciplinarias contemporáneas.  

2.a) El imaginario femenino sobre el caballete: Georgia O’ Keeffe y Josefina Robirosa.
2.b) Damas de armas tomar, mujeres escultoras: Camille Claudel y Lola Mora. 
2.c) Jugar con luz para contar historias: Diane Arbus y Annemarie Heinrich. 






Cronograma de finalización de temas:
15/9: Panorama histórico. 
30/9: El imaginario femenino sobre el caballete. 
15/10: Damas de armas tomar. Actividad de fijación.
30/10: Jugar con luz para contar historias. 
31: Evaluación final

Bibliografía: 
Hauser Arnold (1994). Historia social de la literatura y del arte. Colombia,  Editorial Labor. 
Gombrich Ernst (2005). Historia del arte. Inglaterra, Editorial Phaidon. 
Delbee Anne (2007). Camille Claudel. España, Editorial Circe.
Travnik Juan (2012). Annemarie Heinrich, un cuerpo, una luz, un reflejo. Argentina. Ediciones Larivière. 
Britta Benke (2011). Georgia O`Keeffe, flores en el desierto. Alemania, Editorial Taschen. 

Filmografía: 
Camille Claudel (Isabelle Adjani – Gerard Depardieu) 1988
Georgia O’Keeffe (Joan Allen – Jeremy Irons) 2009
Lola Mora (Leonor Benedetto – Director Javier Torre) 1996

Inicio: 8 de septiembre de 2014
Costo: $500 ($275 por mes)
Se entregarán certificados de asistencia y aprobación.
Informes e inscripción: andreacastro20@gmail.com
                                         info@museodelamujer.org.ar
                                         relacionesmuseodelamujer@gmail.com
                                         54-11-43839054  




domingo, 27 de julio de 2014

Le Parc Lumière

Malba – Fundación Costantini presenta la exposición Le Parc Lumière, compuesta por una selección de obras históricas del gran maestro argentino Julio Le Parc (Mendoza, 1928) pertenecientes a la colección Daros Latinoamérica, Zúrich. La muestra se concentra en las experiencias cinéticas de Le Parc entorno a la luz, realizadas principalmente en los años 60.
A catorce años de su última gran retrospectiva en el país, Malba acerca nuevamente al público local el universo mágico de Le Parc y rinde así homenaje a uno de los artistas argentinos más importantes del siglo XX. Al realizar otra retrospectiva del maestro, se decidió hacer foco en uno de los aspectos más importantes de su producción: su preocupación por las alteraciones de la luz en movimiento. 
El público podrá disfrutar activamente de un conjunto de 17 instalaciones lumínicas, desplegadas en dos salas del museo, que suman 900 metros cuadrados. “Sus juegos de luz en movimiento modifican el espacio, lo recrean en forma permanente y al mismo tiempo lo disuelven, incluyendo al observador en la obra de arte total. La sustancia material básica de los múltiples aparatos mecánicos y máquinas lumínicas se transforma elegante y absolutamente en inmaterial”:




Arte en movimiento
Junto con sus colegas del GRAV, Julio Le Parc propuso en los años 60 una ruptura con la tradición artística que había prevalecido hasta entonces, alejándose de la pintura y acercándose a una concepción dinámica de la obra de arte. “Las primeras experiencias que hice con elementos móviles partían de las cajas luminosas, y se realizaron a comienzos del año 1960. Estaban destinadas a servir como una suerte de diafragmas que modificaban sus formas según su posición, dejando pasar más o menos cantidad de luz. Me di cuenta, casi de inmediato, que con ellas podía experimentar, de forma independiente, los mismos problemas que me preocupaban en aquél momento. Es decir, la múltiple variedad de situaciones en una misma experiencia. Las nociones de movimiento, de inestabilidad y de probabilidad se me aparecían de forma muy clara, se desarrollaba el trabajo con contingencias exteriores a la obra. La tendencia a alejarme de la noción de obra estable, única y definitiva, se acentuaba cada vez más”, explica Le Parc. 


Continuel lumière avec formes en cortonsions, 1966-1996
Lumière saccadée, 1970 



El deseo de Julio era crear obras que estuvieran en perpetua transformación y en constante inestabilidad. Sus investigaciones científico-mecánicas resultaron en interesantes juegos azarosos de luces y sombras, donde la participación del espectador completa la obra de arte activándola con su percepción y su presencia interactiva. El artista crea las condiciones, pero las superposiciones y constelaciones específicas de los fenómenos lumínicos son casuales.
“Este juego con lo aleatorio conduce constantemente a situaciones nuevas y sorprendentes que nunca son abarcables en su totalidad. La experiencia de estos sucesos lumínicos fugaces nos lleva a reflexionar sobre lo inestable de la realidad y sobre el fluir de la vida con sus múltiples refracciones y reflejos”, afirma Hans-Michael Herzog (uno de los curadores de la muestra) y agrega: “Con serenidad y mano suave, Le Parc nos eleva hacia un calidoscopio universal que fluye, resplandece, danza y vibra, y cuya belleza y encanto nos atrapan y ya no nos abandonan”.


Continuel lumière cylindre, 1962

Lumière verticale visualisée Installation, 1978


Arte liberal y democrático
Las obras cinéticas de Le Parc se sustraen de manera deliberada de cualquieri nterpretación específica. En un mundo en el que todo está ordenado, Le Parc busca ofrecer al hombre la oportunidad de romper con su existencia reglamentada. Su intención es liberar al observador de su dependencia y hacerlo participar en la acción, integrándolo en su obra de arte total y sumergiéndolo en una experiencia lumínica. Para Hans-Michael Herzog: “En la negación rigurosa de cualquier pretensión de lo absoluto es donde reside el aspecto más profundamente humano de este arte a la vez que el más político: un arte que se concibe como liberal y democrático, respetuoso de los hombres, antiautoritario y enemigo de cualquier tipo de culto al genio”.

Lumières alternées, 1993

Lumières 

Lumières alternées, 1971


Muestra: Obras cinéticas de Julio Le Parc en la Colección Daros Latinoamérica
Curadores: Hans-Michael Herzog, Käthe Walser y Victoria Giraudo
Hasta el 06 de octubre de 2014
Salas 5 (2º piso) y 3 (1º piso)
MALBA: Avenida Figueroa Alcorta 3415
Entrada General: $50 (miércoles $25). 





domingo, 6 de julio de 2014

El arte de Balenciaga





El Museo Balenciaga albergará hasta el 5 de abril del 2015 esta muestra gestada con el Museo del Traje de Madrid. La colaboración entre ambas instituciones tratará de difundir la figura y la obra del modisto, además de mostrar las principales influencias artísticas y estéticas que determinaron su obra con artistas de la talla de Zurbarán, Velázquez, Goya, Sorolla, Zuloaga, Picasso y Juan Gris. 
Se exponen en tres salas, denominadas La geometría del arquitecto, El eterno binomio y La paleta del pintor, sesenta piezas pertenecientes a la colección del museo madrileño, acompañadas por nueve reproducciones de obras maestras de los artistas anteriormente mencionados que influyeron en la obra del diseñador.



Santa Isabel de Portugal por Francisco de Zurbarán (derecha)
Diseño de Balenciaga inspirado en la obra (izquierda)


Diseño de 1951 en rayón bordado a mano, con sobrefalda que se
transforma en capa  






Santa Dorotea de Capadocia por Francisco de  Zurbarán


Diseños realizados en los años sesenta por Balenciaga inspirados en esta obra



 Bailarina de Ignacio de Zuloaga (izquierda)
Diseños de Balenciaga inspirados en la obra (derecha)


Diseños del modisto reunidos en la muestra Balenciaga y España



Balenciaga y Goya


María Luisa de Borbón-Parma de Goya (Izquierda)
Diseño de los años 50 de Balenciaga inspirado en la obra (derecha)


Detalle del modelo superior confeccionado en gasa de algodón



 Mariana de Austria por Diego Velázquez (izquierda)
Diseño de 1939 inspirado en la obra (derecha)


Vestido "Infanta" de 1939



Diseños inspirados en cuadros religiosos renacentistas 
y barrocos españoles




Cristóbal Balenciaga (1895 - 1972)


domingo, 8 de junio de 2014

El retrato

Hacia un buen rato que Leonardo no paraba de maldecir mientras  se acercaba a la ventana, una y otra vez, para abrir y cerrar las cortinas, sin saber cuál era la mejor manera de lograr que ese calor agobiante no entrara en la habitación. Odiaba pintar cuando hacía calor, en realidad en este momento odiaba al mundo entero. Maldecía el minuto en el que había saludado a Carlo en el mercado esa mañana. Asomado a la ventana, meditaba ahora, como podía ser posible que en un segundo se pasara de un cordial saludo, al compromiso de tener que pintar el retrato de la prima de la mujer de un conocido del mercado. Por fin cerró las pesadas cortinas de un furioso tirón, como queriendo terminar ese maldito día de una buena vez aunque solo fueran las tres de la tarde. Las tres de la tarde. Tenía que apurarse, la fulana estaba por llegar de un momento a otro. 

Salió corriendo hacia el estudio y, como pudo, despertó de su temprana borrachera a sus infaltables músicos. Les ordenó a los gritos que tocaran algo alegre, pero suave, ya que hacía rato que le dolía la cabeza. ¡Ay, si no fuera porque necesitaba dinero para viajar a Francia a ver al Rey, con que ganas hubiera mandado a Carlo a tomar fresco!, se lamentaba mientras preparaba las pinturas y el caballete.
El calor  era infernal, el reloj marcaba las tres y veinte y la doña no aparecía. Evidentemente todos los planetas estaban en su contra en ese día fatídico. Mientras bebía un largo sorbo de limonada fresca pensaba en su  próxima y misteriosa modelo. ¿Por qué Carlo se había negado a decirle como era su pariente política? ¿Sería tan horrible, o sería una belleza incomparable e imposible de describir con palabras? La cabeza lo estaba matando, los músicos desafinaban y, para colmo se acordó de que esa noche habría luna llena. Temblando pensó: “una de dos, hoy me muero o pinto el cuadro más famoso de la Historia”. Luego de tirarles un poco de agua a los músicos, que a esa altura ya tocaban cualquier cosa, se le ocurrió escaparse a otro país o hacerse meter preso. Estaba claro que soportaría cualquier cosa con tal de no pintar en ese día de tan mal augurio.
Compenetrado en definir su futuro inmediato de pronto escuchó sonar el pesado llamador de la entrada, fueron tres golpes secos que parecieron tres llamadas salidas del mismo infierno. Un escalofrío le corrió por la espalda y tardó un siglo en bajar a abrir la puerta. Cuando por fin la abrió, se quedó boquiabierto. Delante suyo había una mujer, ni horrenda, ni hermosa, sino, como le había dicho Carlo, simplemente indescriptible. Inmediatamente se preguntó cómo haría para pintarla. Un halo misterioso la rodeaba y al mirarla se podría asegurar que si mil personas la miraran, darían mil distintas interpretaciones sobre ella.
Pasados unos cuantos minutos y viendo que el maestro no dejaba de observarla con un evidente estupor, la joven la extendió la mano, le sonrió con una sonrisa que seguramente desvelaría a más de un ser humano y, con la voz más dulce que se halla oído jamás, le dijo: “buenas tardes, maestro, me llamo Mona pero me dicen Lisa”.






Leonardo Da Vinci pintó La Gioconda (La jocosa o alegre) entre 1503 y 1506. Es el ejemplo más logrado de su excepcional técnica de sfumato y fue conservado por el artista hasta su muerte. Se dice que fue su última gran obra, que la siguió retocando por años, que es un autorretrato, que la sonrisa de la modelo esconde un secreto milenario y mil cosas más. La realidad es que se ha convertido en uno de los retratos más misteriosos y famosos de la Historia del Arte, que fue robado en 1911 por encargo, supuestamente, de Pablo Picasso y que fue protegido más que a la propia ciudad de París durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy, miles de personas lo visitan todos los días en el Salón de los Estados del Museo del Louvre. 

Texto: Andrea Castro. 

miércoles, 28 de mayo de 2014

Marta Minujín: Inauguración Comunicando con Tierra


El proyecto que se presenta  en la galería Henrique Faria data de 1976. En el espacio se ve un nido de hornero.El hornero es un pájaro que se distingue de otras especies por su peculiar nido 
en forma de horno de barro. 
Un nido paradigma, o, por así decirlo, el nido perfecto. La acción a la que corresponde este nido tuvo lugar en un lugar mítico, Machu Picchu, en Perú.  Allí, Marta Minujín con autorización de las autoridades y con la ayuda de asistentes recogió 30 kilos de tierra, de lugares estratégicos, “cargados” de energía  A su regreso a Buenos Aires realizó una muestra en el CAyC y exhibió la tierra de dos modos distintos. El espacio lo ocupaban 25 bolsas de plástico, de un kilo cada una, y un nido de hornero realizado con los cinco kilos restantes mezclados con tierra local. 
Tras la muestra, Minujín envió esas bolsas a distintos artistas de Latinoamérica y marcó esos envíos en un mapa realizado en papel vegetal. La idea era que esa tierra, especial y captada en un punto geográfico e histórico tan emblemático, fuese esparcida en cada uno de los distintos lugares y, a su vez, otro kilo de tierra regresase para reemplazar la tierra sustraída. 


De la ceremonia de restitución no han quedado imágenes pero en la muestra pueden verse tres videos que documentan tres momentos muy distintos de aludir al paso del tiempo. Marta cubierta de tierra o Marta cubierta de máscaras que cuentan la historia de la transformación histórica pero también identitaria de un continente desde su pasado pre-colonial hasta el momento. La distintas acciones que se ven en los videos son modos de crear formas y eventos (bien sea con la tierra o con máscaras) “informativos” sobre las múltiples metamorfosis de un continente.



Inauguración: 19 de mayo a las 19 hs. 
Cierre: 17 de junio. 
Lugar: Libertad 1628. CABA. 




miércoles, 14 de mayo de 2014

Fashion and Dance


Agent Provocateur -  Dancer:Laurretta Summerscales

Giles Deacon - Dancer: Shiori Kase

Erdem - Dancer: Kerry Birkett

House of Worth -  Dancer: Natalia Kremen

Jacques Azagury - Dancer: Jia Zhang

Julien Macdonald - Dancer: Stina Quagabeur 

Kinder Aggugini -  Dancer: Alison McWhinney

Moschino - Dancer: Fernanda Oliveira

Roksanda Illincic - Dancer: Ksenia Ovsyanick