domingo, 22 de diciembre de 2013

Plegaria de Pablo Ramírez

Hace un par de años atrás cuando uno entraba a la página oficial del diseñador Pablo Ramírez, se podía oír de fondo esta maravillosa plegaria recitada por una voz femenina  en forma de una armoniosa y reverencial letanía. Con solo observar las colecciones que año a año nos regala este genial diseñador argentino esta plegaria se siente santísimamente cierta y nos hace imaginar que sus palabras rondan la cabeza del gran Pablo mientras trabaja en cada uno de sus nuevos proyectos. 







Sagrada seda natural
Inmaculada organza
Santísimo tul
Bendito satén
Alabado seas tú, divino shangtun
Esplendoroso taftán…. (se repite todo como si se murmurara un rezo)

Primavera-Verano ten piedad de nosotros
Vestidito negro pudoroso con suelo en satén
Bendito el satén
Línea purísima de tablones encontrados
La falda de largo decente
Y a cada lado bolsillos de…. (se pierde y comienza el rezo murmurado bendito el satén….
…..de finos breteles que no dejan marcas

Oh, ensamble de pisaditas piadosas
Y satenes de seda natural y colores de carne suave
Calígula, rígida, núdula
Humilde saquito de yersey doble (a lo lejos pasa el auto con la música de bailanta)
Pudorosa blusita, viso o enagua
De finos breteles que no dejan marcas
Temeraria seda natural, color de carne suave

Ven, ven gozoso satén
Frescura turbada por la breve primavera
Con faldita en raso opaco
Negro, negro, casi negro
Talle altísimo con bolsillos hacia cada lado… siempre bolsillos
Escote que simula recato, en ti confío
Saquito en raso, opaco negro, quizás
Escote que simula recato, en ti confío
Y en las manguitas tres cuartos

Falda negra en satén
De tablones felices encontrados
Bolsillos a cada lado
Blusita pudorosa de gracioso satén
Apenas negro, o casi negro
Escote de falso recato
Las tablitas en su pechera
Insinúan un tesoro  de senos llenos
Se lleva con faldita recta y enagua recta (a lo lejos pasa el auto con la música de bailanta)

Chaqueta negra en raso opaco y mezquino…
Cuello a la base del cuello
Manguitas tres cuartos, bolsillitos plaqué
Y los pantalones negros, retintos de creppé
Cigarette, negro, de creppé, cigarette, negro
Perfumada ternura de sedas
Oh, tentación de carne suave

Primavera-Verano ten piedad de nosotros
Y concedeme la gracia solo a mí, a mí, a mí……
….Carne suave con tajos laterales
Y generosos breteles
En ti confío y el lazo que nos une
Satén, bendito el satén
Línea purísima de tablones encontrados………….




lunes, 9 de diciembre de 2013

Bellos pero letales: oda al corsé "El incomparable"


Tenía que renunciar
por fuerza a matrimoniar,
que era mi ideal más bello.
¿Qué necio se iba a casar
con una mujer camello?
Se me acabó la alegría,
y en torturante agonía,
me acostaba inconsolable.
Cuando supe que existía
 el corsé El Incomparable.
Sin confianza y sin fe,
no he de ocultárselo a usted,
como recurso postrero
 entré en casa de un tendero
y le compré su corsé.
¡Oh, sorpresa prodigiosa!
¡Qué cambiazo y que alegría!
Entré encorvada y gibosa
y en la misma mercería,
me troqué  en mujer hermosa.
Con su corsé Incomparable
sufrí un cambio tan notable
 que el comerciante, al pagar,
me dijo una cosa amable
que me hizo ruborizar.
Salí contenta a la calle,
e iba tan esbelta que
no pude marchar a pie.
¡Qué frases inspiró el talle
que me hacía su corsé!...
Y como estoy convencida
 de que debo la salida que he tenido,
 a su notable corsé, grito agradecida:

¡Viva el corsé Incomparable!

Corsé de hierro compuesto por una pieza frontal y dos traseras 
(1580 - 1600)

Corsé realizado en satén de 49 cm. de cintura (1880)

Damas ataviadas con vestidos de noche, finales del siglo XIX

La cantante francesa Polaire luciendo su cintura de 16 cm. de diámetro (1890)

A partir de los 10 años toda niña de alta sociedad debía usar corsé para el final de su vida, que no era muy larga que digamos, su esqueleto pasaba de lucir como se se puede ver en la imagen de la izquierda. Desmayos, quebraduras de costillas, neumotórax espontáneos, pérdidas de embarazos y muertes por malos partos eran las principales causas de muerte sobre todo durante finales del siglo XIX y principios del XX cuando la locura por lucir una cintura de avispa llegó a su máxima expresión. 




jueves, 31 de octubre de 2013

Fotorreportaje: Homenaje a León Ferrari II










Hay quien afirma que ver pájaros o escucharlos es un símbolo de fortuna. Este conjunto de criaturas híbridas que se desprenden desde el cielo, mitad pájaro, mitad avión de combate, conforma una flotilla amenazadora, sobrevuela al espectador como bandada de harpías, hermosas criaturas que lejos de ser un símbolo de virtud y buenos presagios se convierten en encantadores espíritus de la muerte. 
Fernando Brizuela. Coordinador y diseño de montaje de la muestra Otras Bestias con obras de León Ferrari que en 2011 se realizó en el Palais de Glace.

Fotos: Andrea Castro. 

Fotorreportaje: Homenaje a León Ferrari












La civilización Occidental y Cristiana obra de León Ferrari expuesta en la Fundación Proa en el  marco de la muestra Pop, realismos y política, Brasil-Argentina 1960 en el año 2012.

Fotos: Andrea Castro. 

lunes, 7 de octubre de 2013

Inauguración de la muestra "Eros impulso sagrado"

El miércoles 9 de octubre a las 19:30 hs. en el espacio de arte del Restaurante afrodisíaco Te Mataré Ramírez, ubicado en Gorriti 5054 (Palermo Soho), se inaugurará la muestra “Eros impulso sagrado” integrada por obras de la artista Noelia Navarro. La exhibición, curada por la Arqta. Alejandra Tejeira, estará abierta al público hasta principios de noviembre de lunes a domingo a partir de las 20:30 horas con acceso libre y gratuito. 


Alas del deseo

Chica en el agua


Niña Quetzal

Lady in red

La sutileza de la obra de Noelia Navarro nos transporta a un universo erótico de ensueño, que por momentos hasta nos puede resultar casi naif
Sus fluidas ninfas prometen regalarnos un placer sereno, manso e hipnótico, pero potente y exultante a la vez.
En medio del cotidiano bombardeo mediático de banalidades sexuales y corporalidades por demás exuberantes que se codean con lo vulgar, la obra de Noelia se transforma en un oasis que nos recuerda que el erotismo, la sensualidad y el placer también pueden relacionarse con la delicadeza, la ternura y la suavidad extremas. Esas mujeres, de largos y ondulados cabellos, esperan a sus hombres con una actitud desinhibida pero serena, pletórica y rica de una femineidad mágica que las transforma en excepcional objeto de deseo. 
Andrea Castro. 


Enjoy the silence


Lady in red II

Red Pantys
Acerca de Noelia Navarro
Nacida en Tucumán, Argentina.
Vive en la ciudad de Rosario – Santa Fe desde 2001
Licenciada en Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario, esta es su primera muestra en la Ciudad de Buenos Aires. 

Sea en sus pinturas como en sus dibujos las figuras femeninas de Noelia Navarro parecen emergen a veces en forma tentativa y otras de manera más rotunda de un indiferenciado origen y centro acuático. En algunas de ellas, la rotundidad de las formas parece pugnar con los bordes de los marcos respectivos donde nuevamente algo parece comenzar a moverse, a dirigirse  hacia la vida.
Como ha dicho con su habitual claridad Mircea Eliade “Podríamos decir en síntesis que las aguas simbolizan la totalidad de las virtualidades, sonfons et origo, matriz de todas las posibilidades de existencia”
Por cierto la femineidad que manifiesta la obra de Noelia Navarro no es una de carácter agresivo ni reivindicativo. Sus figuras no parecen venir a reclamar nada, precisamente porque ya lo tienen, ya poseen su cualidad particular. Aquello que Gerald Manley Hopkins, llamara “inscape”. Esa inclaudicable chispa vital interior que las hace únicas y cuya forma de manifestación es un shock, el estallido de un instante fugaz, pero que la pintura de Noelia Navarro busca y consigue detener en su particular belleza. 
Ángel Faretta


I touch my self

La gorda y el viento

Lady Monroe

Pañuelo blanco
"Eros un impulso sagrado”
Impulso de vida que nos mueve al ritmo del viento de una tormenta, 
Deseo sagrado que nace de una mujer y se brinda estrepitosa como el agua de lluvia. 
Una mujer que despliega sus alas de quetzal para volar libre, para amar intensa. 
Una mujer narciso, enamorada de su propia magia,
una mujer beso, beso de amor, beso de buenas noches, 
una mujer danzante, que es una, que es dos, que va al son de rituales ancestrales.
Deseo sagrado de una mujer diosa de mares, de aguas dulces, aguas profundas. 



La caricia de Baco

Lilith

Niña Quetzal II


Inauguración: miércoles 9 de octubre a las 19:30 horas
Exhibición: de lunes a domingo a partir de las 20:30 hs.
Te mataré Ramírez: Gorriti 5054 – CABA. Entrada libre y gratuita








domingo, 7 de julio de 2013

Yayoi – Louise, Louise – Yayoi

Con un par de años de diferencia han llegado a Buenos Aires dos muestras de arte con una gran carga psicológica y de análisis en cada una de sus obras. En 2011 la Fundación Proa logró conmovernos con el montaje del “Retorno de lo Reprimido”, la cruda e imponente muestra de Louise Bourgeois. Hoy, el MALBA, nos permite adentrarnos en la “Obsesión Infinita” de Yayoi Kusama, logrando aturdir nuestros sentidos con su personal universo plástico. Sin entrar en comparaciones banales, que lo único que lograrían es minimizar la grandeza de ambas artistas, resulta interesante poder reflexionar sobre algunas similitudes y diferencias entre la vida y la obra de estas dos mujeres que lograron sobrevivir a su infierno personal gracias al arte. 


Kusama en 1936

Louise con su madre

A pesar de haber tenido algunos intentos de suicidio Bourgeois vivió hasta los 99 años y nunca dejó de trabajar en sus obras a pesar de su avanzada edad. Por su parte, Kusama ha declarado que pensó en matarse desde pequeña, pero actualmente, y a los 84 años, sigue creando todos los días internada por propia voluntad en un neuropsiquiátrico. Las dos recorrieron un camino multidiciplinario a lo largo de sus vidas y fueron reconocidas tardíamente por el mundo del arte: el interés por la obra de Louise llegó a su apogeo en los años noventa y Yayoi comenzó a ser reconocida mundialmente en los últimos diez años. 
Pertenecientes a culturas diametralmente opuestas, las dos fueron marcadas desde niñas por un trauma profundo que involucró a sus progenitores y a una sexualidad que se reveló a sus ojos de una manera brutal. Louise fue testigo de los amoríos que mantuvo su padre con su niñera, la cual convivía en la misma casa con el resto de su familia. Además, tuvo que soportar la pasividad de su madre ante lo que era un secreto a voces y las permanentes recriminaciones de su padre que siempre le recordaba cuanto había anhelado que ella, como primogénita, hubiera nacido varón. Yayoi, en un contexto completamente diferente, era enviada por su madre a espiar a su padre, cuando este alternaba con geishas. Al retornar, la niña debía relatarle a su mamá, con lujo de detalles, las escenas sexuales que había contemplado entre ambos amantes furtivos. No es de extrañar que el sexo y particularmente el falo masculino aparezcan fuertemente en la obra de ambas artistas. 
En el caso de Louise la crudeza de sus parejas de trapo mutiladas y acostadas tiesamente emulando una   representación fría, cruel y mecánica del acto sexual, nos hablan a las claras de dominación, de obligación y  de deber marital soportado. En ellas no hay acercamiento ni placer solo una función biológica cumplida a rajatabla. En cambio, los que lucen poderosos, imponentes y casi endiosados, son sus enormes penes, representados a la perfección en materiales nobles y contundentes como el bronce y el mármol. Los críticos de arte coinciden en que su obra “Jano florido” (dos penes unidos por una especie de centro vaginal rugoso) se puede considerar un auténtico autorretrato: Louise se apropia de ese órgano que le fue negado, para desgracia de su padre, y de él saca su extraordinaria fortaleza para sobrevivir y crear un cuerpo de obra impensado para una mujer de su tiempo.    
Los falos de Yayoi, contrariamente, son deformes, flácidos y blandos. Cubren sus obras por centenares, repitiéndose compulsivamente sobre objetos cotidianos o alfombrando el piso  estampados de lunares rojos. Kusama exorciza así su presencia y su potencia, minimizando su imagen real y coincidiendo con sus dichos, ya que ha declarado que la sola idea de un pene penetrando su cuerpo le produce horror. 


Jano Florido

Instalación de Kusama en MALBA

El cuerpo femenino también aparece en la obra tanto de la francesa como de la japonesa. Louise lo relaciona con la maternidad, con la sangre y con la teta, esa fuente de alimento y placer, pero también de ahogo, sobreprotección y sometimiento. Contrariamente a lo que pueda suponerse, estas obras tampoco son tranquilizadoras, por llamarlas de alguna manera, y muchos menos están relacionadas con los clásicos estereotipos del mundo femenino. Si bien Louise se casó y tuvo dos hijos, no fue por ese camino por el que encontró algo de paz a sus conflictos, solo el psicoanálisis perpetuo y la catarsis que logró al volcar sus contenidos subconscientes más profundos tanto en su obra como en sus escritos, pudieron alejarla de la muerte por casi 100 años. Kusama, a diferencia de Louise puso su propio cuerpo a disposición de sus obras, cuando, huyendo de su infierno interior, se refugió por quince años en Nueva York. Llegó a principios de los años 60, el momento justo para dar rienda suelta a sus demonios y lucir a flor de piel algunas de las alucinaciones que durante años atormentaron su cabeza. Desnuda y cubierta de lunares pintados, se unió a los happenings y performances que pululaban por toda la ciudad y se transformó en un personaje “mediático” más, comenzando a crear lo que será su autobiografía visual controlada al igual que Andy Warhol. Paradójicamente este momento de gran exposición, que incluyó también al mundo de la moda, coincidió con el comienzo de la etapa de su obra denominada autoborramiento.  


Obras de Louise Bourgeois

Happenings y performances de Yayoi



Los documentos fotográficos que tenemos de ambas artistas son elocuentes y no dejan dudas de que las dos lograron escandalizar al establishment del arte aunque desde lugares muy distintos. Bourgeois puede verse con blusa, falda larga y perlo recogido, trabajando alejada del mundo en su taller y rodeada de penes gigantes o, ya anciana, sosteniendo un falo enorme, sonriente y con una pícara mirada que hace pensar en ella como una abuela traviesa y desprejuiciada. Yayoi se muestra en Nueva York desnuda y revolcada en el piso junto a hombres y mujeres cubiertos de lunares y en plena bacanal, o formando parte de algunas de las más delirantes performances  de la década. 
El comienzo de la vejez invirtió las cosas para estas dos damas. A Louise le llegó el momento de las retrospectivas, las fotos con personajes del arte y la cultura y el reconocimiento a nivel mundial.  La francesa salía por fin del aislamiento y se enfrentaba a su público sostenida por años de psicoanálisis, escritos y obras que nunca dejaron de fluir de sus manos y de su cabeza. A Yayoi, contrariamente, le llegó el momento de transformar casi en realidad su autoborramiento y, como nunca había dejado de ser una mujer japonesa, decidió retornar a su país e internarse en un neuropsiquiátrico. Allí continúa hasta hoy en día creando compulsivamente en su estudio con la colaboración de sus ayudantes: Yayoi pinta todo el día desde que se levanta y termina una obra cada dos o tres días. Cientos de bastidores se amontonan en su taller, cuadros abarrotados de colores y elementos en donde no hay un mínimo espacio libre, cuadros que son  tan herméticos como un haiku japonés.



Louise trabajando en su estudio
Performance de Kusama

Es imposible saber si estas dos mujeres han encontrado algún momento de remanso en sus agitadas mentes. Quizás, de haberlo hecho, hubieran caído indefectiblemente en la mediocridad. Sin embargo, sus obras tardías muestran una evolución conceptual que parece nacida de ese remanso que tal vez solo sea una utopía, pero que no se siente tan así al enfrentarse a sus trabajos. En el caso de Louise la obra paradigmática es Maman, la serie de enormes arañas con sus panzas repletas de huevos que simbolizan un especial reconocimiento y, quizás, un principio de reconciliación con su madre. Si bien a simple vista Maman luce aterradora, la sensación de paz y de protección que uno experimenta al ubicarse debajo de sus gigantescas patas es indescriptible. 



Maman



Kusama, por su parte, ha logrado transformar esos espacios cotidianos borrados por cientos de lunares en un espacio propio y a la vez universal. Su serie de obras Sala de espejos del infinito, plena del brillo de la vida, son el todo y la nada en sí mismas. Son el universo entero con sus millones de estrellas, son los millares de átomos que conforman nuestros cuerpos, nuestra alma, nuestro mundo, nuestra vida entera. Son un homenaje fulgurante y perfecto a todo lo que somos y hemos sido por cientos de millones de años de aquí al infinito.    

Texto: Andrea Castro.  

Sala de espejos del infinito. Plena del brillo de la vida