domingo, 31 de octubre de 2010

Humanidad y geometría son lo mismo

Con esta frase cerró Fabián Bianchi Lastra la impecable visita guiada que realizó a través de las obras que integraron la excelente muestra Geometría en el siglo XX en la Daimler Art Collection, que estuvo montada en el Malba hasta el 25 de octubre. Bianchi Lastra es diseñador industrial y docente de la UBA pero, fundamentalmente, ama la geometría; esto lo transforma en la persona ideal para recorrer, analizar  y comprender  este período tan particular de la historia reciente del arte. Se sabe, el arte abstracto no goza de la simpatía del público tanto como el figurativo, pero esconde un mundo nuevo, un paradigma de belleza diferente y significados que valen la pena descubrir. La curadora de la muestra, Renate Wiehager, tomó 100 obras de una de las colecciones corporativas más importantes y antiguas de Europa para narrar 100 años de historia del arte, dividiéndolas en cinco núcleos temáticos que mostraron el nacimiento y posterior desarrollo de la abstracción desde 1905 hasta nuestros días.



Fabián aclaró de entrada: “el arte abstracto es no representativo y no referencial del mundo exterior, es un arte que plantea nuevas apropiaciones intelectuales y sensibles de la forma y el espacio”. “El valor principal de estas obras tiene que ver con su polisemia, es decir con las múltiples lecturas e interpretaciones que pueden tener al no estar acotadas a un tema especifico. Sus autores privilegiaron la libertad de expresión e interpretación, al trabajar desde una inagotable experimentación, brindándonos la posibilidad de apreciar texturas, materialidades, laboriosas formas de construcción” y expresiones creativas profundamente relacionadas con su contexto histórico.
El recorrido comenzó por el modernismo clásico, donde se destacaron obras pertenecientes a la escuela de la Bauhaus, cuyo legado completo fue declarado por la Unesco Patrimonio de la humanidad, el constructivismo y el arte concreto. “Estos artistas han dejado obra material, un enorme trabajo, belleza, fruición y espiritualidad. Estaban comprometidos con su tiempo y sus ideas, fueron perseguidos, criticados,  denostados y pertenecieron a un período muy complejo de la cultura humana”. Su arte recompuso el espíritu, ellos plantearon posturas filosóficas y teosóficas respecto a lo que hacían, en medio del abismo social que se vivió a principios del siglo XX: “el arte es una investigación en el plano de lo ideal” decía Adolf Hölzer, autor que, la curadora de la muestra, rescata como el  primer antecedente de la Bauhaus.

Josef Albers .Structural constellation F-14  (1954)
©2010 The Josef and Anni Albers Foundation / SAVA, Buenos Aires

Josef Albers. Homage to the Square: Between 2 Scarlets (1962)
©2010 The Josef and Anni Albers Foundation / SAVA, Buenos Aires 

Aún hoy algunas personas se niegan obtusamente a llamar a estos trabajos obras de arte, por lo que se las comenzó a denominar expresiones artísticas a partir de las postulaciones que en los años 60 realizó el grupo Vanguardia Zero. El segundo núcleo de la muestra reúnió  la producción de los artistas que lo integraron y plantearon que para reformular el arte había que empezar de cero: “son obras muy diferentes pero todas critican el modo tradicional de entender la obra de arte y su forma de presentación, en particular lo estático y la convención de que hay un marco  que la contiene y a partir del cual transcurre”. A pesar de que el grupo reunió tendencias muy distintas, que pasan por el arte óptico, el arte cinético y el arte conceptual, siempre se mantuvo fiel a reflexionar sobre: “el tiempo en la obra, su modificación, su no estaticidad, la interrelación con el  observador que genera un nuevo tipo de apropiación intelectual y sensible por su parte, y el uso de materiales no convencionales y accesibles en relación a los utilizados en el arte tradicional”.
La tercera sección conceptual tenía que ver con el  desarrollo del minimalismo en Europa y América, una corriente potente, vinculada con el racionalismo, que se inició en 1957 en Nueva York a partir de un grupo de artistas que, luego de decretar la muerte del arte abstracto europeo, decidieron crear un arte nuevo con otros elementos, reduciendo al mínimo  todas las organizaciones de la forma en sus producciones artísticas. Este movimiento tuvo una gran expansión a todo el mundo y llegó hasta nuestros días manifestándose también en la arquitectura y el diseño en general. 

Julio Le Parc. Continuel Mobile (1966)
©2010 Julio Le Parc / ADAGP, Paris / SAVA, Buenos Aires
Mathieu Mercier.Drum and Bass 2 (2002)
©2010 Mathieu Mercier /BILD KUNST, Bonn/ SAVA, Buenos Aires 

 A partir de aquí nos empezamos a encontrar con obras que remitían al inicio de este largo camino o a algún artista en particular,  como si desde mediados y finales del siglo se mirara hacia atrás para volver a contar la historia del quiebre más importante que sufrió el arte a comienzos del mismo. Forma, línea y espacio era el último núcleo temático y cerraba el círculo con obras de artistas contemporáneos que basaron sus trabajos en estos tres elementos compositivos. “En la Bauhaus el estudio de los maestros clásicos era una costumbre, toda producción abstracta se hacía reconociendo el valor de las obras legadas por los grandes maestros, Hölsen daba clases de composición de los autores renacentistas y de estudio de perspectiva” Hoy se puede evocar la misma idea de perspectiva renacentista partiendo de una estética totalmente renovada, de una geometría y de un grado de abstracción totalmente diferentes. “La cultura humana reformula continuamente todo, reformula el conocimiento, reformula el arte (…) uno de los conocimientos más reformulados por el hombre es la geometría; pudimos ver sus diferentes usos en todas estas corrientes artísticas porque ella es una práctica intencional de la cultura humana”, concluyó Bianchi Lastra.


Pietro Sanguinetti
Sylvie Fleury. Formula one dress



Texto: Andrea Castro. 
Fotos: cortesía Prensa Malba

martes, 12 de octubre de 2010

"El arte pop como motor del diseño en la Argentina"

Este es el título de la charla con la que estaré presente en el Festival Internacional de Diseño, organizado por el Centro Metropolitano de Diseño de la Ciudad de Buenos Aires. Invitamos a diseñadores, estudiantes, artistas y público en general a compartir con nosotros esta nueva oportunidad para reflexionar sobre el origen del diseño en nuestro país, disfrutando de una charla amena, acompañada de una gran cantidad de imágenes.

Al Pop argentino se lo acusó durante mucho tiempo de importar una moda, un estilo y una ideología que no nos pertenecía, sin poder apreciar la originalidad y el sinfín de procesos creativos que generó tanto en el arte conceptual como en el desarrollo de las disciplinas de diseño que comenzaron a hacerse fuertes a partir de los años ochenta. Hoy la puesta en valor de los artistas que integraron el Instituto Di Tella nos permite acercar su legado a las nuevas generaciones.

 
Martes 26 de octubre de 18:30 a 20 horas
Fundación Honrar La Vida
Rivadavia 1356 CABA
Entrada libre y gratuita


martes, 5 de octubre de 2010

Invasión 68 Praga

La noche del 21 de agosto de 1968 los ejércitos de los países integrantes del Pacto de Varsovia invadieron la ciudad de Praga, terminando con el corto período de libertad política en Checoslovaquia, que fue conocido en el mundo con el nombre de Primavera de Praga. En medio de la confusión de la invasión liderada por los soviéticos, un joven de tan solo 30 años, Josef Koudelka salió a la calle para documentar ese momento crítico, retratando a un pueblo entero que se defendió con lo que pudo. 


Invasión 68 Praga en la Fundación OSDE, en el marco del Festival de la Luz 2010
La impresionante belleza de la ciudad se transformó, a través de su lente, en el telón de fondo ideal para enmarcar a miles de personas que, portando palos, ladrillos, troncos, sogas y banderas destruidas (pero banderas al fin) se enfrentaron a los tanques y a los soldados que de la noche a la mañana irrumpieron en su vida. A medida que la destrucción y el caos se apoderaron de la ciudad, los vecinos se organizaron para repartir los diarios a mano y pegar, en los monumentos y en los frentes de sus casas, dibujos y carteles de denuncia hechos  por ellos mismos. Cuando los rumores los alertaron sobre el comienzo de las detenciones, no se quedaron atrás y rompieron los carteles que indicaban los nombres de las calles y las numeraciones de las casas para despistar al enemigo.
En las imágenes tomadas por Koudelka los viejos lloran, los jóvenes levantan sus puños cerrados en alto y las mujeres intentan dialogar con los soldados;  pero todos, hasta los niños, rodean los inmensos tanques e impiden su paso. Las fotos son estremecedoras porque retratan tanto a los ciudadanos checos como a los enemigos, muchos de los cuales, miran directamente a la cámara en una postura desafiante. Solo unos pocos lucen abatidos, como si hubieran tomado conciencia de la grandeza de ese pueblo que se ha unido para defenderse con uñas y dientes.  Durante esa semana, en la cual el trajín y la rutina diaria se detuvieron completamente, Koudelka fue más allá y no dudó en subirse a un tanque ruso para poder fotografiar los hechos desde el punto de vista contrario, plasmando así, en toda su potencia y esplendor, la reacción del pueblo checo.



El trabajo febril de Koudelka no se limitó solamente a realizar las tomas ya que paralelamentefue revelando y copiando. Durante el mismo año, y gracias a un conservador del museo Smithsonian, las fotos  pudieron salir del país rumbo a Estados Unidos. Allí se presentaron como de autor desconocido hasta que en 1969 fueron publicadas por la Agencia Magnum bajo el pseudónimo PP (Prague Pothographer), para continuar resguardando a Koudelka (a pesar que estaba exiliado desde 1970)  y sobre todo a sus padres que continuaban viviendo en Checoslovaquia. Por su trabajo, ese fotógrafo anónimo recibió la Medalla de Oro Robert Capa y luego de 16 años, en 1984, pudo confesarle al mundo su verdadera identidad. Recién en 1990 las imágenes podrán ser publicadas en su país natal, siendo reconocidas como un testimonio invalorable de aquellos días.

 “Lo que retraté en Checoslovaquia fue parte de mi vida,  no fotografíe una guerra, sino mi país”.  Josef Koudelka





Texto: Andrea Castro. 

Copyright todas las imágenes: Josef Koudelka/Magnum Photos, de la muestra Invasión 68 Praga organizada por la Fundación Aperture y coproducida con Magnum Photos.

sábado, 2 de octubre de 2010

La historia de Tiffany & Co.

A pesar de haber dejado de ser la Capital de los Estados Unidos en 1790, la ciudad de New York era, hacia principios del siglo XIX, una de las más pujantes de dicha Nación. En la década de 1830 se convirtió en un centro financiero sin precedentes y en una fuente de oportunidades para cualquier visionario que transitara por sus estrechas callejuelas cada vez más atestadas de caballos y carruajes. Damas ricamente ataviadas, con ampulosos vestidos de seda y enormes sombreros, y caballeros de frac y galera, comenzaban a disponer de grandes cantidades de dinero para volcar en gustos cada vez más extravagantes. En 1837, un par de jóvenes veinteañeros, aprovecharon la oportunidad y se aventuraron a abrir una tienda de “papelería y artículos de lujo” en el número 259 de la calle Broadway: Tiffany & Young.  Charles Lewis Tiffany le pidió mil dólares prestados a su padre y junto a su cuñado John B. Young, comenzó a gestar un incipiente “estilo americano” que se alejaba cada vez más  de la exagerada opulencia del victorianismo europeo para buscar inspiración en la naturaleza. En el libro” Tiffany’s 20th Century,  A portrait of American Style” de John Loring, se cuenta que el  local abrió sus puertas el 21 de septiembre, recaudando la insólita suma de 4,98 dólares, y que las tarjetas de precios de los productos llevaban la leyenda “no negociable”.

Primer local del año 1837

Poco a poco sus exquisitos patrones llenos de simplicidad, armonía y claridad, que preanunciaban la llegada del Art Noveau, se fueron convirtiendo en sellos característicos del diseño Tiffany, primero en utensilios de mesa y accesorios en plata y más adelante en joyería. En 1867 la empresa recibe el Gran Premio por la calidad de su trabajo en plata en el marco de la Exposición Universal de París, convirtiéndose así en la primera casa de diseño estadounidense a la que un jurado extranjero le confiere dicho honor. Unos años más tarde Charles le compra a su socio la otra mitad del negocio y en 1870 la empresa se transforma en Tiffany & Co, se muda a la esquina de la calle 15 y Broadway, en Union Square y comienza a transformarse en la referencia absoluta del buen gusto, la elegancia y la sofisticación. Una de las primeras medidas que toma Charles en cuanto a sus diseños en plata es la de utilizar una proporción de 925 sobre 1000 (95% de plata pura y el resto de cobre), la misma, gracias a sus esfuerzos y negociaciones, será adoptada por el Congreso de los Estados Unidos como el estándar norteamericano para la plata sterling; demás está decir que la norma 925/1000 es utilizada hasta el día de hoy. Tiffany & Co se había convertido ya en el proveedor número uno de joyas, relojes y accesorios de lujo en los Estados Unidos y su estudio de plateríaera considerado como la primer escuela norteamericana de diseño. Al inicio del siglo veinte, la compañía contaba con más de 1000 empleados y sucursales en Londres, París y Ginebra; la fortuna personal de Charles Lewis Tiffany ascendía a 11 millones de dólares: “el  tenía absoluta fe en la idea de que todo lo que pasara en Tiffany & Co debería no sólo tener la más fina calidad en los materiales, sino que además debía deslumbrar con los mismos atributos en cuanto al diseño”. 

 Local de Union Square 1970 a 1905


 Interior del local